Cada una de las rodillas tiene dos meniscos, piezas de cartílago en forma de «C» que actúan como amortiguadores del peso corporal entre el fémur y la tibia.
¿Qué son los meniscos?
Los menisocs son fibrocartílagos, duros y elásticos (con una textura aproximada al cartílago de las orejas) y tienen forma de cuñas que actúan como “absorbedores de impacto” en la rodilla, por lo que ayudan por un lado a acolchar la articulación y suavizar el impacto en el cartílago y por otro a mantener la articulación estable, ayudando a los ligamentos.
Tenemos dos meniscos en cada rodilla, uno medial en la zona interna de la pierna, y uno lateral en la parte externa. A su vez dentro del menisco hablamos de tres partes, que hacen referencia a cada una de las zonas que pueden romperse: Cuerno Anterior, Cuerpo y Cuerno Posterior. Las mas frecuentes de las roturas que vamos a encontrar van a ser en el menisco medial y dentro de este en el cuerno posterior.
Rotura de menisco, ¿que son?
Hablamos de menisco roto, cuando se produce un pérdida de la continuidad del mismo que contacta con la articulación. Si los cambios son dentro del propio menisco, hablamos de meniscopatia o cambios intra-sustancia y son mucho menos graves. Una rotura de menisco puede producirse principalmente por dos mecanismos:
– En pacientes generalmente mas jóvenes y deportistas con meniscos sanos; por una actividad que provoque un giro brusco o una rotación de la rodilla, como pivotear de manera agresiva o frenar y girar repentinamente. Frecuentemente durante deportes de pelota o raqueta (fútbol, pádel o tenis) o deportes de nieve como el esquí, y en ocasiones se acompañan de roturas ligamentosas como la rotura del ligamento cruzado anterior y o el esguince del lateral interno. En general, las roturas de menisco en estos pacientes suelen ser mas grandes que en los casos de las roturas degenerativas, siendo especialmente graves las roturas longitudinales en asa de cubo (se afecta gran parte del menisco). Estas roturas dan frecuentemente bloqueos en la rodilla.
– En adultos mayores con cambios degenerativos de la rodilla, se puede producir una rotura de meniscos sin traumatismo o con traumatismo leve. Incluso al arrodillarse, ponerse en cuclillas o levantar algo pesado puede a veces causar rotura de meniscos. Estos pacientes sufrirán un empeoramiento de su dolor, o esta rotura será el detonante que comience el dolor. Se suele tratar de roturas de menor tamaño que en las anteriores, con bordes libres que irritan el cartílago y dan dolor, como las roturas en pico de loro.
Mediante pruebas de imagen en ocasiones podemos clasificar el tipo de rotura de menisco como rotura parcial, rotura compleja, rotura en pico de loro o los patrones mas graves, rotura longitudinal y en asa de cubo.
¿Cuáles son los síntomas de la rotura de menisco?
Las roturas meniscales agudas provocan dolor, inflamación y derrame articular. Tras 2-3 días con estos síntomas, lo mas importante es valorar los síntomas que quedan después de esta fase, ya que será los que decidan el tratamiento a seguir. Entre estos síntomas algunos de los mas preocupante son los siguientes:
– Dificultad para extender o flexionar completamente la rodilla. En este caso es posible que el traumatólogo proponga un tratamiento mas precoz, ya que la falta de movilidad mantenida acaba tardando mucho tiempo en recuperar y en algunos casos puede no recuperarse.
– Dolor al agacharse, ponerse de cuclillas o subir y bajar escaleras: Este dolor suele indicar sufrimiento en el cartílago al ser irritado por el borde libre del menisco
– Bloqueos o sensación de colapso. Sensación de que la rodilla queda encajada de manera repentina al realizar algún movimiento como la rotación o flexión de la rodilla. Lo que suele ser el pinzamiento de un fragmento libre de menisco entre el fémur y la tibia, con la posible lesión del cartílago que causa.
– Otros síntomas como imposibilidad para realizar algunas actividades deportivas o recreativas o inflamación persistente, son síntomas mas comunes y menos preocupantes, que en función de su intensidad pueden resolverse con un tratamiento rehabilitador adecuado.
– En ocasiones la rotura provoca un orificio en la cápsula que resulta en la formación de un quiste alrededor del menisco, conocido como quiste parameniscal
En cualquier caso el traumatólogo valorará si los síntomas de un paciente son debidos a las lesiones meniscales o a otros motivos, como tendinitis, condropatias (lesiones del cartílago) o artrosis.
¿Cómo se diagnostica una rotura de menisco?
La rotura de menisco la vamos a sospechar con un examen físico y una entrevista. Los traumatólogo os moveremos la rodilla y la pierna, colocándola en distintas posiciones, además de observar tu forma de caminar. Realizaremos presión en la línea articular donde se ubica el menisco para ver si es dolorosa, ya que a menudo este dolor es señal de desgarro.
– Exploración específica de menisco: Uno de los principales exámenes para los desgarros de meniscos es la prueba de McMurray. Os flexionamos y la rotamos a la vez que la extendemos . Esto pone tensión en un menisco roto. Si tienes una rotura grande de menisco, este movimiento puede incluso causar un sonido ‘clic’. Otras variaciones de esta exploración son la maniobra de Appley y de Thesaly.
– Pruebas de imagen: Debido a que un menisco roto o desgarrado está hecho de cartílago, no aparece en las radiografías, sin embargo estas son útiles para valorar el grado de artrosis. La Resonancia magnética (RMN) es el mejor estudio de imagen para valorar una rotura de menisco. Sin embargo, el hecho de estar tumbado durante su realización (sin peso en la rodilla) unido a que el número de cortes de la rodilla puede ser de alrededor de 20, hace que hasta en un 15% de los casos no hace posible ver la rotura del menisco.
– Artroscopia, en algunos casos con pruebas negativas, y dolor persistente e incapacitante los traumatólogos proponemos utilizar un instrumento conocido como artroscopio para examinar el interior de la rodilla. La artroscopia permite utilizar instrumentos para explorar directamente los meniscos, lo que le convierte en la prueba mas fiable para diagnosticar una rotura, permitiendo además tratarla.